domingo, 7 de junio de 2009

Historia del bordado


Reseña Histórica
El diccionario define el acto de bordado como una “labor de relieve ejecutada en tela o piel con aguja” y esta actividad ha acompañado al hombre desde la aparición de las primeras civilizaciones. La historia del bordado inicia en la antigua China, durante la Dinastía Shang.
Bordado, labor de embellecimiento de una tela mediante dibujos realizados con hilos y una aguja. La palabra bordado deriva del francés medieval borde. El término se aplicó inicialmente a los ribetes decorativos de punto tejidos en las vestiduras litúrgicas medievales. En esa época, la palabra abarcaba también el adorno en punto sobre cualquier textil, así como sobre cuero, papel y otros materiales. La invención en 1828 de la primera máquina de bordar por el alsaciano Joseph Heilman, hizo posible la producción en serie de bordados. Sin embargo, se sigue practicando como un trabajo de artesanía, al igual que en la antigüedad. También persiste su utilización histórica para la decoración de vestidos, prendas religiosas, murales o colgaduras y ropa para la casa, al igual que en tapicería, alfombras y otros elementos domésticos.
China y Japón Los primeros ejemplos del bordado chino que aún existen son prendas del Turquestán oriental de la dinastía Tang (618-906). Profundamente influenciado por la industria de la seda, que puso a disposición de los artesanos exquisitos hilos y telas, el bordado chino se empleó principalmente para decorar prendas. Los ricos ropajes de los emperadores chinos estaban profusamente adornados con motivos tradicionales y confeccionados sobre un rico tejido de fondo oscuro, a menudo de seda negra. Una técnica característica consistía en deshilar o sacar puntos de raso, con lo que se formaban filas de puntos separadas por estrechas tiras de tejido como fondo. También eran características las filas de hilos de seda en bordados de realce cubiertas por oro y plata.En Japón, las sedas de colores continuaron bordándose con largas y flexibles puntadas de hilos de seda planos. Son comunes los diseños de flores, aves, líneas atrevidas y motivos abstractos, que conseguían una sensación de armonía por equilibrada distribución del espacio. El bordado japonés de los kimonos femeninos floreció especialmente en los siglos XVII y XVIII.